Mandrakia, un pintoresco pueblo pesquero en la isla de Milos, ofrece una experiencia isleña griega única, alejada de los típicos destinos de extensas playas de arena. Muchos se preguntan si es posible bañarse aquí; y la respuesta es sí: las aguas claras y tranquilas de su pequeño puerto y sus calas rocosas son perfectas para un chapuzón, aunque se trata más de nadar en calas que en una playa tradicional. El pueblo es famoso por sus «sýrmata», coloridas casas de pescadores excavadas en los acantilados, algunas disponibles para alquilar, ofreciendo una estancia auténtica. Si bien Mandrakia cuenta con una pequeña zona de guijarros y arena, su verdadero encanto reside en su atmósfera serena y sus paisajes espectaculares, un deleite para los amantes de la fotografía.
Para quienes busquen playas más convencionales, Milos despliega una increíble variedad. Entre las elecciones de nuestros editores, la playa de Sarakiniko es una visita imprescindible, conocida mundialmente por sus surrealistas formaciones de roca volcánica que evocan un paisaje lunar. Muy cerca, la playa de Firopotamos combina aguas cristalinas con el encanto de un pueblo pesquero, similar a Mandrakia pero con una zona de playa un poco más amplia. Estas playas son un claro ejemplo de la diversa belleza costera que ha hecho famosa a Milos.
A los más aventureros les fascinará la playa de Tsigrado, accesible descendiendo por escaleras y cuerdas hasta una recóndita cala de asombrosas aguas turquesas. Para las familias, la playa de Fyriplaka es una opción ideal gracias a su fácil acceso, sus aguas poco profundas y el colorido telón de fondo de sus acantilados volcánicos. Si bien estas son solo algunas de las más destacadas, Milos atesora muchas otras playas hermosas. Nuestra guía incluye una lista más completa para ayudarte a descubrir todas las joyas costeras que esta isla puede ofrecer.