Platja Can (Platja Belcaire)

Platja Can, también conocida como Platja Belcaire, es una playa serena y tranquila en la región de la Comunitat Valenciana de España, específicamente en la localidad de Moncofa. La playa está situada en la orilla izquierda de la desembocadura del río, cerca del pintoresco río Belcaire. La playa es conocida por su ambiente pacífico y ha sido descrita como un oasis de tranquilidad en la Costa de la Flor del Taronger.

La playa es única en sus características naturales. Se extiende por unos 500 metros y se distingue por una forma irregular que forma un pequeño atolón sumergido en el mar. Este atolón, combinado con el terreno marino, ofrece un paisaje distintivo y hace de la playa un lugar ideal para la pesca, especialmente para los entusiastas de la pesca con caña. La playa también tiene una mezcla única de arena y piedras, con guijarros más pequeños que se encuentran más cerca de la orilla. Debido a la naturaleza guijarrosa de la playa, se recomienda a los visitantes que usen zapatos de agua u otro calzado similar para mayor comodidad y seguridad.

Platja Can también es conocida por sus servicios para perros. Se ha designado un área específica de la playa para perros, marcada y cerrada con postes de madera. Además, se ha instalado una ducha para perros para la comodidad de los dueños de perros, aunque la fuerza de los chorros de la ducha puede ser algo débil para perros de pelo largo.

La playa ofrece varios otros servicios y comodidades para los visitantes. Estos incluyen instalaciones de baños y oportunidades para juegos deportivos y vela. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no hay duchas para los bañistas. La playa también es accesible para estacionamiento, lo que agrega comodidad para los visitantes.

Además de la playa en sí, hay un hermoso sendero cercano que es perfecto para caminar, correr o andar en bicicleta. Este sendero contribuye al atractivo general de la playa, lo que la convierte en un gran lugar tanto para relajarse como para realizar actividades físicas.

A pesar de su corta longitud, Platja Can rara vez está abarrotada, lo que brinda un rincón tranquilo para que los visitantes se relajen. Su ambiente relajado y amigable, combinado con sus características naturales y comodidades únicas, la convierten en un lugar especial para aquellos que buscan una experiencia tranquila en la playa.