Vryses, un pueblo del interior del Peloponeso, es un refugio de paz y el punto de partida perfecto para explorar las espectaculares playas del oeste de Grecia y el mar Jónico. Aunque Vryses no se encuentra en la costa, un corto trayecto en coche te llevará a un litoral diverso, donde encontrarás desde largas extensiones de arena hasta recónditas calas de guijarros. Las aguas del mar Jónico, generalmente cristalinas y tranquilas, son ideales para nadar, sobre todo desde finales de primavera hasta principios de otoño. Esta región ofrece una experiencia playera más sosegada que algunas de las concurridas islas griegas, perfecta para unas vacaciones relajantes y en contacto con la naturaleza.
Entre las playas más recomendadas y de fácil acceso desde Vryses, destaca la playa de Kourouta, la más popular y conocida por su animado ambiente. Las familias suelen preferir Paralia Zacharo por su extensa franja de arena y aguas poco profundas. Para quienes buscan más tranquilidad, la playa de Skafidia es una cala pintoresca y recogida. La emblemática playa de Voidokilia, con su característica forma de omega, está considerada una de las mejores de Grecia y bien merece una excursión de un día. Otra opción notable es la playa de Kaiafas, que combina de forma única dunas de arena, un bosque de pinos y el cercano lago de Kaiafas, conocido por sus aguas terapéuticas. Muchos visitantes también se decantan por la playa de Kalo Nero, famosa por su larga extensión de arena y por ser un importante lugar de anidación de las tortugas marinas Caretta-Caretta.
Ya sea que prefieras playas organizadas con todos los servicios o costas vírgenes y naturales, el oeste del Peloponeso satisface todos los gustos. Si bien los lugares más conocidos pueden atraer a más gente, sobre todo en temporada alta, por lo general es más fácil encontrar rincones tranquilos que en otros destinos griegos más masificados. Para una visión completa de todas las joyas costeras que esta región tiene para ofrecer, no dejes de explorar nuestra lista detallada de playas. Desplazarse en coche es la forma más práctica de descubrir la diversidad de paisajes costeros accesibles desde Vryses.