La Plage de l'Huveaune es una playa notable situada en la bulliciosa ciudad de Marsella, Francia. La playa lleva el nombre del cercano río Huveaune y es reconocida por su belleza natural, marcada por aguas claras y orillas arenosas. Notablemente, es la única playa de arena que queda de la configuración costera anterior de Marsella, antes del establecimiento de otras playas locales.
La playa es un destino popular para actividades acuáticas no motorizadas, como el surf y el windsurf, especialmente durante los meses de invierno cuando las condiciones de viento son ideales. Las impresionantes olas, inusuales para la región, atraen tanto a locales como a visitantes. Durante la temporada de verano, la Plage de l'Huveaune es frecuentada por familias debido a su entorno supervisado y seguro. Los niños pueden estar cómodamente lejos de la orilla, y los socorristas vigilan la playa diariamente desde principios de junio hasta principios de septiembre.
Los visitantes de la Plage de l'Huveaune pueden esperar una gama de comodidades para su conveniencia. Estas incluyen un área de recepción pública, casilleros, una sala de estar para el personal, una sala de tratamiento y aislamiento, baños y una ducha para el personal. Estas instalaciones están operativas los siete días de la semana, de 9:30 a.m. a 6:45 p.m., durante la temporada de verano. Además, se proporcionan pulseras para evitar que los niños se pierdan, disponibles en los casilleros.
A pesar de su popularidad, la playa mantiene un ambiente limpio y bien cuidado. Durante los meses de verano, puede volverse bastante concurrida, pero las secciones menos pobladas de la playa ofrecen una experiencia más tranquila, aunque llegar a estas áreas puede requerir navegar entre algunas rocas.
El estacionamiento en la Plage de l'Huveaune es accesible y conveniente, con un área de estacionamiento de pago ubicada cerca. La playa también es accesible en transporte público. Los visitantes pueden tomar el metro hasta Castellane o Rond Point du Prado y luego abordar el autobús 19. La playa está a solo dos minutos a pie desde el Prado, lo que la hace fácilmente accesible tanto para locales como para turistas.
